Colecho, ¿sí o no?

Ayer leí una noticia y hoy he decidido que me voy a poner trascendental. Para las que no queráis perder el tiempo, os resumo: el colectivo sanitario no se pone de acuerdo en la idoneidad del colecho, es decir, no saben si es o no bueno dormir en la cama con nuestros bebés.

Unos te dicen que se establece un vínculo emocional entre padres e hijos y que de esta forma se prolonga la lactancia materna. Los otros que puede aumentar el riesgo de muerte súbita o asfixia, crear problemas de sueño en edades posteriores, dificultar la independencia de los niños o interferir en la relación personal de la pareja…Vamos, que si te pones a analizar cada una de las cosas, ¡te vuelves loca y no sabes qué hacer!

Yo opto siempre por el sentido común. Al fin y al cabo, nuestras madres no leían libros ni estaban tan informadas, y sinceramente, yo tengo la sensación de que mi madre es la mejor del mundo. Y a vosotras os pasará lo mismo. Por esa razón, recomiendo que detengan aquí la lectura las mamás talibán.

Mi madre nos dio el pecho a mi hermano Miguel y a mí, y no lo hizo con mis hermanos mellizos (cuestión de logística) y todos estamos igual de sanos. Antes decían que era mejor que nos pusieran a dormir boca abajo y ahora nos dicen que es mejor colocar a nuestros bebés de lado. Es decir, que depende de la época, dicen una u otra cosa.

Foto de Lucya Sánchez Moren

No creo que el colecho, la lactancia o tenerles en brazos continuamente les vaya a hacer más seguros o a hacer que estén más sanos. Creo que hay miles de factores que condicionan mucho más a una persona; el mismo niño no será igual si es hijo único o si tiene hermanos. Por eso creo que no es bueno obsesionarse, si te va bien darle el pecho, dáselo; si no puedes dárselo, no sufras. Yo opté por la lactancia mixta con el primero y repetí con el segundo.

¿Acaso alguien de verdad cree que es peor madre la que tiene que trabajar y deja al niño en una guardería a los 4 meses?, ¿es peor madre la que tiene cuatro hijos y reparte su tiempo entre ellos? Os puedo decir que a mi segundo hijo le dedico mucho menos tiempo del que le dediqué al primero, sencillamente porque ahora tengo que «repartirme», y de verdad no creo que vaya a ser más infeliz ni más inseguro. Como veis, hoy me he puesto seria. ¡El próximo post estará lleno de banalidades!