Si hubo post sobre cosas que prohíbo y cosas que no prohíbo hacer a mis vástagos en casa, aquí viene la segunda entrega: qué prohíbo y qué no prohíbo hacer a los niños… fuera de casa. Más de lo mismo, mi naturaleza tranquila hace que no me agobie con determinadas cosas que quizás sí agobien a otros padres, pero luego hay aspectos que no son negociables, vamos, lo que viene siendo que se lo tengo prohibido. ¡Qué frase tan de madre esta última!
Cosas que no prohíbo:
- Comer en el coche: ay, señor, soy de esas personas que sufre con las migas por el suelo de casa, de ahí que limite la deglución al espacio de la cocina pero el coche me la trae un poco al pairo, no me importa nada que se ensucie. En el mío debe haber vida propia.
- Trepar árboles: salvo que vea un peligro real, les dejo que trepen como moninos porque yo también trepaba cual monina de niña.
- Caminar por la calle sin ir de la mano: esto cuesta lo suyo. Cuando empiezan a andar van por ahí como pollos sin cabeza y no te queda otra que llevarles sujetos pero llega un punto en el que tienes que dejarles solos. Y yo ya llegué a ese punto con los tres, aunque a Gabriel le permito moverse en un radio de medio metro sobre mí 😉
- Pedir solos cosas en restaurantes o locales: no solo no se lo prohíbo sino que les digo que lo hagan. Si quieren un helado de postre, o un botellín de agua, les indico la persona a la que tienen que pedírselo, y lo hacen ellos.
- Bajar y subir solos en el ascensor (a partir de 6 años): antes, sería absurdo porque no llegan a los botones. Pero a partir de esa edad, pueden hacerlo solos si alguien está esperando en el portal o van a ir a jugar a la urbanización. En nuestro caso, Alfonso puede hacerlo y lo hace en alguna ocasión, y puede acompañarle Rafa. Gabriel nunca, ni solo ni con sus hermanos.
Cosas que sí prohíbo (y que además ellos tienen muy claras):
- Jugar con arena fuera de la playa: ay, llamadme maniática pero no puedo con el tema arena en los zapatos, calcetines, abrigos… así que evito parques de arena durante el invierno, me supera. Igual es que como vivo en un sitio de mar e ir a la playa podemos hacerlo casi durante una larga temporada, e resto del año, ni mentarlo.
- Poner los pies sobre sillas, sofás, mesas: ¡anda que no tengo guerra yo con Gabriel! Es muy dado a ponerse de pie en las sillas cuando come.
- Correr por la calle: pueden darle a la zancada lo que quieran en casa, en un prao, en el patio, en la urbanización… pero nunca en la calle porque no miden y los coches son un peligro. Reconozco que es una situación en la que me pongo de los nervios.
- Bañarse solos en el mar o piscinas: lo tienen tan interiorizado que, en cuanto llegamos a la arena o al prao, se quedan parados esperando a que yo dé permiso para quitarse la ropa. Si no estoy yo, nadie se baña. Supongo que cuando tengan más edad, ya no habrá problemas.
- Salir solos a la calle: por el momento no les dejo. Quizás en un par de años pueda pedirle a Alfonso que vaya a por el pan o cosas puntuales, yo lo hacía con 8-9 años así que no lo descarto. Pero por ahora saben que de casa no se sale sin adulto. Aclaro aquí que yo vivo en una ciudad, en un pueblo sé que las cosa cambian bastante.
13 Comentarios
mamá puede
1 marzo, 2018 at 8:02 amPues esta vez creo que coincido contigo en todas menos en lo de la arena, mis peques se han criado con un arenero en casa y en el colegio también tienen, así qué raro es el día (bueno, el día que llueve) que no vienen con las zapatillas hasta arriba de arena jaja
nosoyunadramamama
1 marzo, 2018 at 8:06 amJajaja…yo entro en crisis fijo😉
Isabel (mama de un prematuro)
1 marzo, 2018 at 8:09 amYo lo de comer en el coche, he pasado de un extremo a otro. De prohibir totalmente comer cualquier cosa a pasar del tema… y por que? pues porque resulta que cuando voy a recoger al pequeño a la guarde le dan un bocatita de merienda, que comparte con su hermano y se lo van comiendo de camino a casa. El tema es que ese camino es en el coche, porque me pilla de paso desde la oficina… y claro… podría dar de comer a una legión de pollos de la cantidad de migas que hay repartidas por el coche…
nosoyunadramamama
1 marzo, 2018 at 8:13 amJajaja, llega un momento que…cuando no puedes con el enemigo, lo mejor es unirse a él 😂
Roseta
1 marzo, 2018 at 8:29 amQué interesante, Carmen! Te admiro con lo de dejar comer en el coche… jaja Siendo nuevo y todo! Por cierto, suerte que no vives en Alemania, lo de prohibir jugar con arena, sería impensable e imposible, ya que hay areneros por todas partes! En el cole, en todos los parques, en el cesped del bloque de vecinos… Un saludo y disfruta de estos días de libertad!!! 😉
Teresa
1 marzo, 2018 at 8:47 amCoincido en mucho, salvo en lo de la arena. A ellas les encanta, y aquí hay areneros en todos los parques. ¡Incluso en el patio del cole! Así es que al volver quitamos arena de los zapatos y listo.
Lo del ascensor tampoco les dejo, pero es que la mayor todavía no ha cumplido seis. Y no tanto por bajar o subir sola, sino porque imagínate que se les queda parado el ascensor por lo que sea y están solas dentro. ¡Me da algo! Sí les dejamos que suban solas por las escaleras, ¡que además es más sano! jajaja.
Madre Agua
1 marzo, 2018 at 8:54 amYo dentro de casa soy más permisiva, pero fuera de casa tengo más normas, sobre todo si vamos a casa de alguien, porque me da un coraje que se porten inadecuadamente…
Sara - Fincolorado
1 marzo, 2018 at 10:31 amSólo prohibes esas! jajajaja. No se que edades tienen tus peques, pero de las que prohibes tú, sólo coincido en la de salir solos a la calle. Bueno y la de poner los pies en asientos y sillas, sólo en interior porque en exterior, bancos y demás ellos saben que pueden. Está claro que cada uno pone sus límites.
Carolina mamá ríe
1 marzo, 2018 at 11:21 amCoincido contigo en casi todas. Mi rubio a veces cuando llega a casa del parque o de casa de la abuela, trae arena hasta en el cielo de la boca jejejej. Y cuando he leído lo del ascensor casi me da un pasmo, a mi los ascensores me dan pánico, aquí no solemos usarlos pero creo que jamás le dejaría ir solo.
miren | deLunaresyLunas
1 marzo, 2018 at 2:04 pmcoincido en casi todas, algunas aún no me toca aplicarlas pero creo que lo haré igual.. aunque también soy del clud de «arena sí» 🙂 y lo de comer en el coche, es el padre el que prohíbe ahí, que se pone malo, pero si por mi fuera.. (vamos, que cuando no mira.. 😉 )
Planeando ser padres
1 marzo, 2018 at 11:00 pmAquí ni de coña dejo yo a mis criaturas solas en la calle que esto es un pueblo peligroso. Por lo menos… ¡hasta los 18! Ya ves, en mi tierna infancia, con la edad de mi bichilla estaba yo recorriendo mundo por dentro de mi urbanización como una salvaje. Yo mandé a esta un día sola en el ascensor con sus 4 años recién cumplidos, porque con el carrito y su bicicleta nueva de ruedines no cabemos. Llamé a los 2 ascensores a la vez, pulsamos a la vez para la bajada y fue una descarga de adrenalina para ambas. ¡Jajaja! Le gustó tanto que pide repetir pero no la dejo, que aprende y se me va de casa.
Irene
2 marzo, 2018 at 7:12 pmLos míos tienen prohibido ir detrás de nosotros, mejor delante que así van vigilados.
Elena Riberas Pérez
2 marzo, 2018 at 11:49 pma mi lo de correr e la calle no me gusta nada, pero no hay manera.. como se hace eso de prohibir para que hagan caso?
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