Gabriel es uno de esos niños que no para, y no me refiero sólo a que se mueva mucho, que también lo hace, sino que su cabeza va a mil revoluciones. Es difícil explicarle algo porque enseguida te está preguntando por otra cosa, o se va para ponerse a hacer algo. Es complicado que mantenga la concentración en bastantes cosas y es difícil que esté sentado porque necesita moverse. Ojo, esto también me ocurre con el mayor, Alfonso, porque en general, los niños se mueven. Y pedirles que estén quietos mucho tiempo es contrario a su naturaleza de niños. Pero luego hay niños que mantienen una actividad mental y física brutal, que va más allá del ser «movidos». Y en ese grupo entra Gabriel, en el de niños inquietos nivel «que alguien le dé al botón off» 😉
Me cuesta media vida que haga algo que le pido porque siempre tiene otras veinte cosas que hacer Si me descuido, lo tengo haciendo alguna pirueta por los aires porque lo que sí tiene es una habilidad brutal. Es tal su nivel de actividad que, cuando nos subimos al coche y se queda quieto, se duerme al instante porque agota. También a los que estamos a su alrededor, claro. Y además, eso supone que hay días que acabas de los nervios.
Niños inquietos, ¿cómo sobrevivo?
Sí, los días con ellos son pura supervivencia. Intentamos evitar conflictos, ese es nuestro plan. Sobre todo si además son de personalidad arrolladora.
- Lo primero, no nos debemos sentir culpables los días que perdemos los nervios. Yo los pierdo con él a veces. No me gusta mi versión gritona pero hay algunos días que salto porque la paciencia, aunque se entrena, no siempre está ahí al cien por cien. Pero lo importante es que ya sé cómo es, ya sé cómo van a ser las cosas y me preparo mentalmente para evitar conflictos.
- Buscar una actividad que les guste y que les haga canalizar su energía. El deporte es fundamental para esas personas que están mental y físicamente muy activas así que también es perfecto para niños. En el caso de Gabriel, el deporte es lo único que le retiene horas y horas. Juega al fútbol desde hace un par de años y ahora también ha querido apuntarse a baloncesto.
- Jugar a estar parados: Proponerles juegos donde tengan que trabajar el estar quietos, o físicamente (de manera que hay que hacer juegos que les hagan pensar, tipo preguntas o de imaginación, leer), o estar parados mentalmente, de manera que no piensen en nada más que en lo que están haciendo (como juegos de psicomotricidad, de construcciones).
- Retener su atención o cambiar el foco: hacer una cosa o la contraria en función de su estado. Situación: «pollo» porque no quiere desvestirse para ir a la bañera o ducha. ¿Qué hacer? Distraer su atención con algo que haya en el baño o preguntando por algo que no espere («¿has visto este juguete?», ¿qué crees que hay para cenar hoy»?). No funciona siempre pero sí a menudo. En serio, es que si no el momento baño, o lo que sea, se puede convertir en un puñetero infierno.
- Recordarles que hay que estar parados: lo sé, no escuchan. O eso creemos. Porque al final el mensaje va calando. No malgastes la energía diciendo que estén parados cada dos por tres sino que hay que hacerlo cuando de verdad sea importante, por ejemplo: en la comida.
Niños inquietos o hiperactivos
Que un niño sea especialmente inquieto no quiere decir que sea hiperactivo (TDAH). En estos últimos casos se dan otras circunstancias (aunque hay grados) como la dificultad en el aprendizaje, dificultad para recordar detalles, cambios de humor… Ya os digo, en esto también hay grados y no soy yo la que puede explicarlo porque no es el caso de Gabriel, pero me parecía importante mencionar este punto porque hay veces que los padres creen que sus hijos pueden tener este trastorno y no ser así.
11 Comentarios
Mamá Puede
11 febrero, 2020 at 8:49 amReconozco que los míos, dentro de que son niños son tranquilos. Por supuesto necesitan sus rato diario de parque, para jugar, correr, saltar… en definitiva, desfogar. Unos días podemos una hora y otros nos estamos tres.
Pero es verdad que cuando les propongo un juego “tranquilo” también lo aceptan muy bien.
Se me ocurre que alguna actividad tipo yoga o meditación para niños tal vez le pueda venir bien para intentar canalizar esa energía hacia la concentración
Pepi
11 febrero, 2020 at 10:12 amBuenos días!! Te sigo desde hace bastante y con este artículo terminas de entrar en mi corazón. Mi hijo mayor , es exactamente como describes hoy a Gabriel en tu blog, lo malo es que yo solo hablo de esto en un círculo muy privado, siempre tengo la sensación q lo prejuzgan y mi hijo es todo corazón!!
Gracias por compartir tu opinión, hoy siento que no estamos tan solos en esto de gestionar la energía de un niño tan activo!!!
Graciassssss
Laura Sanchís
11 febrero, 2020 at 2:52 pmGracias por escribirlo!! Creía que era yo sola e incluso pensé a veces que Pablo era tdh pero no solo tiene. Energía para aburrir. Gracias por los consejos ya te cuento si fincionan
Marisa
11 febrero, 2020 at 10:06 pmHola Carmen, siempre te leo pero nunca te escribo, aunque hoy has tocado un tema fundamental, en mi caso tengo mellizos de 5 años, y los dos son niños inquietos, yo nunca lo he ocultado y he hablado de ello con naturalidad, además de ser inquietos tienen unas habilidades sociales magníficas y son niños muy nobles, por eso lo que no he consentido nunca es que la gente se refiera a ellos como niños “malos” por no poder estar quietos en todas las circunstancias, en su entorno nadie los considera malos, pero como maestra si he visto como a veces las propias madres de la clase tachan a los niños inquietos de niños “malos” y es una etiqueta que algunos asumen y que cuesta que desaparezca, por eso considero fundamental darle difusión a articulo como el tuyo, que explican que ser un niño inquieto no es compatible con niños malos o con falta de educación. Gracias!!!
brujistar
12 febrero, 2020 at 8:31 amMe ha gustado tu post. Mi peque es un poco así, lo de intentar distraerle lo intento mucho, pero pocas veces funciona….En fin, paciencia…Gracias por tus posts Carmen.
sonia
12 febrero, 2020 at 9:45 amHOla!!!
Parece que estás describiendo a mi hijo mayor, es muy inquieto y hay días en los que mi paciencia está por los suelos y estalla la guerra por nada, y cuesta un montón gestionar esa energía que tiene el niño y el agotamiento que tengo yo; pero como me dicen la gente (sobre todo los profesores) tiene un corazón enorme.
Georgina
12 marzo, 2020 at 1:34 pmSe agradece poder leer madres que están igual, mi hijo también tiene mucha energía. Durante el día es un torbellino, pero agradezco que por la noche duerme como un lirón, no lo cambio por nada jejeje Muchas gracias por explicarnos tus vivencias!!
Maria Zugasti
20 marzo, 2020 at 11:10 amHola! La mayoría de los niños son inquietos y me parece una guía muy interesante para tratar de retener su atención y gestionar su energía.
canguros a domicilio
10 mayo, 2020 at 4:26 amy más en cuarentena, nosotros os ofrecemos una ayudita
Enseñanza
17 noviembre, 2020 at 3:38 pmHola!
Yo pienso que hay muchas alternativas y opciones que se le pueden proponer a un niño para gestionar sus emociones y energía durante todo el día. Desde el más puro ocio, hasta alternativas didácticas.
Susana
20 septiembre, 2022 at 10:24 amHola. Estas describiendo una de mis hijas. Pero gracias a la terapeuta ocupacional y a la psicóloga, ha aprendido a gestionar su energía y a mejorar su concentración.
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