Es posible que tu vida haya cambiado cuando decidiste irte a vivir a otra ciudad, o cuando dejaste una empresa en la que llevabas muchos años para irte a otra. Lo más seguro es que tú hayas cambiado al conocer a tu media naranja, o al dejarla que se fuera. Todo eso, y algunas cosas más, cambian tu vida. Sin embargo, sólo hay una que la transforma: ser madre.
Anoche juntos. Aunque estamos en crisis, en el fondo nos queremos.
Ayer no celebré el tercer cumpleaños de mi hijo, ayer festejé que hace tres años mi vida dio un giro. Porque creo firmemente que traer un hijo al mundo es casi lo único que cambia tu forma de pensar y da un nuevo orden a tu existencia. Primero él, luego yo.
La llegada de esta cosita, tras un parto fácil y con epidural, el 01/10/10 lo cambió todo.
Y después de ponerme tan trascendental, me centro en el día de ayer. Tercer cumpleaños de Alfonso y primer día que comía en el cole y tenía clase hasta las cinco de la tarde, mal asunto. ¿La parte positiva? que tenían una fiesta de bienvenida de inicio de curso. Desde luego, en este país lo celebramos todo. Así que fue día de gusanitos y patatitas en el cole, no está mal para celebrar el cumple.
Y por la tarde, en vez de celebrarlo como buenos padres, fuimos a la fiesta de primer cumpleaños de la hija de una de mis amigas, ¡casualidades de la vida! Obviamente, yo llevé una tarta para Alfonso con su vela. Lo cierto es que nosotros dejamos para el fin de semana las fiestas de cumpleaños y las celebramos en familia (no por mucho tiempo, enseguida tocará invitar a los compañeros de colegio), aunque como mi madre y mis tías viven en la misma finca (que no casa) pues esos festejos incluyen primos y demás. Así que este sábado o domingo ya tenemos plan.
Su primer cumple, después de un día de playa a 30 grados.
El caso es que ayer recordé el primer cumple de Alfonso. Los padres nos empeñamos en hacerlo a lo grande por aquello de que es la primera vez y el primer hijo, pero ellos no se empapan de nada. Y solemos hacer regalos innecesarios o inadecuados para su edad. Véase la siguiente foto.
Aún no caminaba y su padre le compró semejante armatoste. Os aseguro que a Rafa, dentro de tres semanas, no le haremos un regalo de esta magnitud. Los segundos es lo que tienen, no me quiero imaginar lo que puede pasar con terceros hijos.
Mucho más práctico, y acorde a su edad, el regalo de la abuela.
Y no quiero ya ni mencionar las celebraciones que se ven por la red… que si catering, que si servicio de decoración… ¿Dónde quedan los tradicionales sándwiches y gusanitos y los globos pegados en la pared? Sólo son niños, no necesitan tantas cosas materiales.
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